Existe en el Nuevo Testamento un conjunto epistolar de riquísima doctrina, que representa una auténtica herencia de la época apostólica y que describe los avatares a los que se vio sometida la naciente comunidad cristiana –problemas de interpretación de la doctrina transmitida por los Apóstoles, persecuciones por parte de los detractores de la nueva fe, tergiversaciones y contradictores al interior de las mismas Iglesias, entre otras-. Este conjunto de escritos, siete en total, recibe el nombre de Cartas Católicas.