2024-05-062024-05-06https://repositorio.uniclaretiana.edu.co/handle/123456789/2283https://revistas.uniclaretiana.edu.co/index.php/Camino/article/view/406En la Biblia, el Génesis narra cómo Dios estableció un orden en la Creación, un orden indispensable para el equilibrio, para la armonía; lo cual significa que cualquier ruptura de ese orden implica destrucción, caos. El ser humano y la comunidad son la razón de ser de la sostenibilidad del orden; por consiguiente, igual armonía debe darse en las relaciones del ser humano consus semejantes, con la naturaleza, con Dios y, obviamente, en la organización estatal, en los sistemas político, económico y social. Es decir, se trata de establecer una relación ecológica, una relación basada en la Justicia, una relación opuesta al Poder de Dominio. No sucedió así en el Israel del Antiguo Testamento, donde los egoísmos perversos de toda índole fracturaron la Justicia indispensable para el equilibrio social. Pero, Jesús llegó con su propuesta del Reinado de Dios como el medio apto para la perfecta armonía en Justicia de las relaciones de toda la Creación, una postura que decepcionó a parte del pueblo y encolerizó a la dirigencia. Hoy, como ayer, la realidad se repite, el desequilibrio es rampante; los abusos abundan, reina la injusticia y urge recuperar el camino de la ecología bíblica, la Justicia.application/pdfDerechos de autor 2018 UniclaretianaJusticiaEcologíaEgoísmoDesiertoPoder de dominioLa Justicia, camino histórico de una ecología teológico-bíblicainfo:eu-repo/semantics/article